Cristianismo y nada más

Cristianismo y nada más

La cruz de Cristo

 Me pregunto porque hay tanta gente en el mundo que ignora a Dios, tantas personas que no llegan a conocerlo. Creen vivir bien, pero por dentro se consumen cada día más como si nada más existiera que ellos, sus problemas, y sus preocupaciones.

El mundo se divide en dos. Aquellos que conocen y aquellos que desconocen. Los primeros, saben hacía donde van, tienen certeza, y sus decisiones son trascendentes, en cambio los segundos corren con una considerable desventaja.

Aquellas personas que desconocen no solamente “no conocen” sino que chocan una y otra vez con sus pensamientos, contra ideologías que han leído, con textos, contra preocupaciones, etc.

Aquellos que desconocen tienen la característica de vivir preocupado por el presente. Piensan en el hoy como si fuera el futuro, y en el futuro como si fuera el ayer. Las decisiones circulan en un límite que consiste en aquellas cosas que ellos puedan razonar, aquello que escapa a la razón es echado afuera. El que desconoce sufre de stress incurable. Pone la atención en las cosas materiales y cotidianas. El que desconoce basa todas sus discusiones en pensamientos que él puede comprobar. Remitirse a lo que no ve, nuevamente queda fuera de lugar para su comprensión. El entendimiento que desarrollan aquellas personas que desconocen, es claramente limitado. Limitado en la manera de ver al mundo y en la forma de hablar y de pensar.

Es una lástima, porque hoy en el planeta tierra más del 70% de la población son personas que desconocen. Y lo más triste es que el resto, es decir, aquellos que si conocen, en su mayoría, hacen muy poco por aquellos que desconocen.

Entonces ¿qué significa conocer? Conocer significar saber. Si alguno fuera a una agencia de automóviles y desconoce acerca de motores, fuerza, etc. entonces es  muy probable que compre un vehículo que no se ajuste a sus necesidades, o en el peor de los casos, ser estafado.

En el mundo en el que vivimos es imprescindible saber. Todos deben saber, nadie debe quedar excluido.

¿En qué creemos? El creer está relacionado con el saber, y éstos están relacionados con la verdad. Como así sabemos, la verdad es una sola, es decir, no puede haber dos verdades. Si nos dicen al momento de comprar el automóvil que tiene 7 años de uso, quiere decir exactamente que tiene 7 años de uso, no 8 ó 9 años. O es una o es otra, no puede ser una y la otra a la misma vez.

El sufrimiento, el stress, la angustia, el sentimiento de frustración y los malos hábitos están fuertemente relacionados con el desconocimiento de la verdad. La verdad nos hará libres, y sólo sabiendo de ella podremos avanzar como sociedad y nación.

El hombre necesita saber la verdad, para no errar en sus caminos y no quedar en lo cotidiano, en lo material, en lo perverso y en lo intransigente. A todas las personas que desconocen he aquí un mensaje:

Hoy tienes la oportunidad de saber, de dejar de ser ignorante. Tienes la noticia de que la verdad del mundo te será revelada, especialmente a ti, y depende de ti que la tomes o no, si la desechas seguirás siendo lo que eres, ignorante, testarudo, rebelde y sufrirás por el resto de tu vida. Si lo aceptas entonces vivirás la eternidad. Pero aceptarla tiene un gran costo: tu vida.

Quiero presentarte a un amigo, su nombre es Jesucristo.

¿Nos pusimos a pensar alguna vez porque hay tanto miedo de pronunciar el nombre de Jesucristo en nuestras charlas cotidianas, siendo una persona que nunca mató a nadie, no hirió, no mintió, no buscó la fama, y tampoco fue un político? ¿Por qué en nuestras charlas es más fácil mencionar nombres como San Martín, Che Guevara, Napoleón, Lenín, Freud, Buda, Ghandi ó Aristóteles que pronunciar el nombre de Jesús?

La respuesta es simple: Jesús vino a decir cosas que a la gente no le gustó. La gran mayoría de la gente odia a Jesús porque no lo entiende, nunca comprendió el significado de sus palabras y sus hechos. Veamos; Jesús dijo “amen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen…. Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa recibirán?”[1], también dijo “No penséis que vine a traer paz a la tierra; no vine a traer paz, sino espada. Porque vine a PONER AL HOMBRE CONTRA SU PADRE, A LA HIJA CONTRA SU MADRE, Y A LA NUERA CONTRA SU SUEGRA; y LOS ENEMIGOS DEL HOMBRE serán LOS DE SU MISMA CASA. El que ama al padre o a la madre más que a mí, no es digno de mí; y el que ama al hijo o a la hija más que a mí, no es digno de mí. Y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. El que ha hallado su vida, la perderá; y el que ha perdido su vida por mi causa, la hallará”.[2]

Jesucristo es el hijo de Dios. Sin él no hay salvación porque él es el camino a la salvación. Cuando habló acerca de él mismo diciendo “yo soy el camino y la verdad y la vida, nadie viene al Padre sino por mí”, a lo que se refería es que El es el hijo de Dios, él murió por nuestros pecados cuando nadie en la historia lo hizo y lo pudo hacer, porque sólo él tenía esa capacidad para hacerlo, nadie más.

Jesucristo muere, y unos días después cuando algunos fueron a buscarlo simplemente no lo hallaron, porque él ya no estaba allí[3]. Es sorprendente la historia, porque se trata de hechos reales.

¿Cómo es posible que después de su muerte 11 personas hayan influido tanto en la historia mundial? ¿Cómo es posible que todos ellos estuvieran dispuestos a entregar sus vidas por él y por lo que creían?

Claro, estaban totalmente locos, ellos no razonaban.

Desde hace mucho tiempo hay una tendencia a asociar al cristianismo con las iglesias. Cuando alguien habla de Jesucristo rápidamente viene a la mente imágenes de templos, estatuas, cuadros, curas rezando, religión, dogmas, persecución, angelitos pintados en un lienzo, etc. En realidad, ser cristiano tiene poco que ver con aquellas cosas. Veamos, cristianos significa “pequeños cristos”, pequeñas personas que siguen a cristo. Uno no es cristiano porque vaya a un templo (cualquiera sea su denominación) o porque diga ser cristiano. Una persona tampoco es cristiana porque hable de la vida de Jesús o porque su conducta es éticamente buena. Una persona es cristiana porque sigue a Cristo, y seguirlo implica creer en él.

Ser cristiano implica amar más a Dios que a uno mismo. Implica dejar de pensar 100 veces del día en nosotros mismos para comenzar a pensar en como agradar más a Dios. Ser cristiano implica tratar de vivir una vida recta, y justamente digo tratar y no vivir, porque la diferencia es que un cristiano no es perfecto sino una persona que busca diariamente a Dios.

Un cristiano no se afana por las cosas materiales, sino que sabe esperar. Lo trascendente es mucho más importante que lo instantáneo.

Es verdad, el nombre cristianismo se ha desvirtuado, pero que ello haya acontecido no implica que el cristianismo es otro. No, no lo es. Sigue siendo el mismo que el de aquella Iglesia primitiva y aún más grande en su cantidad de personas.

Mi amigo, Jesucristo sigue con vida, él está vivo y es real. El hecho que no podamos verlo no involucra que él no esté. Así como no vemos el amor, ni el alma, ni las palabras, y tampoco los recuerdos, y ni aún tampoco al sol cuando es de noche, así simplemente sabemos que está.

Vivir con Jesucristo es el sentimiento más puro, más benigno y la aventura más interesante de todas las vidas. El cristianismo es la construcción más perfecta que la historia de la humanidad haya tenido. El verdadero cristianismo, no el de aquellos que profesan serlo pero no siguen a Jesús. Es una aventura que no tiene fin, ni esta tierra ni nada podrá separar a las personas que aman a Dios de la eternidad.

La razón de que el cristianismo tenga tantas etapas y tantas particularidades radica en que Dios trata a las personas individualmente. Cada persona dará una expresión distinta de Dios y la única manera de juzgar de que si realmente hay de Dios en su corazón es conociendo sus frutos. El período de inquisición, y de persecución de la Iglesia Católica se la juzga porque no tenía nada que ver con lo que la Biblia establecía y por supuesto dio frutos muy desagradables: la deshonra y la indiferencia del concepto cristianismo.

Por ejemplo, si leemos la historia encontramos que los mayores logros e inventos de la humanidad fueron llevados a cabo por personas altamente influidas por la persona de Jesucristo: Martín Lutero, Roger Bacon, René Descartes, Louis Braille[4], Friedrich Fröbel, Johann Sturm, Jean Henri Dunant[5], San Agustín, Leonardo Da Vinci, Galileo Galilei, Nicolás Copérnico, William de Occam, Isaac Newton, Felipe Melanchton, Juan Calvino, sólo son algunos de quienes creyeron en el más allá y moldearon lo que hoy se conoce como civilización occidental.[6]

Nuestras vidas tiene un costo, y ese precio lo pagó la sangre de Jesucristo vertida en esa cruz, en el año 33, para que no perezcamos y que tengamos vida eterna junto a él. El primer paso es aceptarlo y el segundo es seguirlo. Para pasar de un hombre que desconoce a uno que conoce. Para pasar de la oscuridad a la luz.

El tiempo pasa demasiado rápido y vivir pensando que siempre tendremos otra oportunidad para cambiar es una picardía. El telón de tu vida algún día bajará, y todo el arte que hayas hecho no bastará para tu salvación, ni la calidad del teatro que ofreciste, sino que lo único será las decisiones que hayas tomado en esta tierra.

Gastón E. Fontaine, Córdoba-Argentina, Septiembre 2009.

[1] Mateo 5:44-46

[2] Mateo 10:35-39

[3] Lucas 24:24

[4] Luis Braille, francés, fue quién inventó el “método Braille”, un método de lectura para personas ciegas.

[5] Fundador de la Cruz Roja

[6] Para más información véase “Under The influence, por Alvin Shmidt, The Zondervan Company, 2001”