domingo, 26 de junio de 2011

River y el país


 Imposible no llorar por la camiseta que más quiero, que más alegrías me ha dado y que, lo voy a repetir hasta el hartazgo: la que más amo. Ustedes discúlpenme si me quiebro o si estas palabras traslucen un sentimiento de desazón. Pero es así como me siento. Destruido.
En medio de esta verdadera hecatombe, se me vinieron varias ideas que creo que pueden resultar útiles a la hora de reflexionar. River no descendió por el penal de Pavone ni por la mala fortuna para definir. River está por años de desmanejo, corrupción y, sobretodo, mucha soberbia.
River es lejos el club más grande de Argentina y no lo digo por ser un hincha dolido. Te muestro algunos datos. Tiene 83 mil socios, lejos el que más tiene en Argentina y uno de los que más tiene en el mundo. Es el más ganador, si sumás 33 campeonatos y 5 competencias internacionales. Es el más popular, porque es desde hace varios años el que más entradas vende -la única manera eficiente de saber quién tiene más hinchas. River es el que más jugadores les ha dado a la selección Argentina y es el que más jugadores ha exportado a Europa. Tiene más de mil trabajadores, mantiene más de 80 actividades sociales, tiene una escuela primaria y secundaria y un instituto terciario. Es el primer club que tiene una pileta climatizada de tamaño olímpico en Latinoamérica. Es uno de los clubes Argentinos con más peñas y filiales tanto en el interior como en el exterior. Todo eso es River.
Es muy parecido al país.
Nadie puede discutir las potencialidades que tenemos como nación Argentina. Territorio, recursos, capacidad humana. Supimos independizarnos, ser el país más avanzado del Continente, ser el granero del mundo, tener las leyes más justas y equitativas. Hace poco me enteré que además tenemos el orgullo de ser uno de los pocos países capaces de crear reactores nucleares y satélites. Y hasta le vendimos dos a Australia. Tenemos premios noveles, grandes artistas, el mejor jugador del mundo. Gente buena y amable, servicial.
Pero a River vinieron malos manejos, exitismos, corrupción de parte de delincuentes que armados de retórica, sedujeron para robar y saquear. Delincuentes traidores a la camiseta que usó el Beto, el Enzo, el Pinino y Angelito. Traidores que rifaron el club por el que don Liberti dio su vida, y quien murió solo, pobre y olvidado. Negociaron jugadores, armaron grupos de choque y mafias, rifaron jugadores, robaron más y más. Hasta el punto de que el Pelado tuvo que poner su propio predio para hacer la pretemporada porque no había plata para viajar.
Me pongo a llorar. Yo vi el equipo del 96. Los vi a Aimar y Saviola.
Al país también lo saquearon con ideas de un lado y hoy lo siguen haciendo con ideas del otro lado. Lo dividen. Lo roban. Le saquean sus recursos. También vinieron a seducir con ideas materialistas o ideologizadas. Pero en el fondo son mentiras. En fondo son lo mismo. En el fondo hacen lo mismo.
La primera vez que fui a la cancha con mi papá me trepé al alambrado para pedirle a quien era técnico y hoy un desastre de presidente que lo pusiera a Ramón. El mismo Ramón que años después me llenó de futbol. El mismo Ramón al que no lo volvieron a llamar por sus egos enormes. Esos egos que dividen, que lastiman, que no buscan en bien común.
Descendimos porque nos robaron, pero también porque nos dejamos robar. Por la soberbia de unos, pero por la soberbia que el fondo tenemos todos. Ver al otro como el enemigo y no como una alteridad. Descendimos porque no aplicamos justicia frente al robo. Y un país, un club, una ciudad, una casa, no se puede administrar sin justicia. Los robos, saqueos y asesinatos no pueden quedar impunes porque generan más impunidad.
Pero si el país sigue como está va a volver a caer. Porque no hay justicia, ni humildad ni compromiso. Hace unos años salimos a la calle para pedir que se vayan todos. Y no se fue nadie. No se fue nadie porque salimos porque nos tocaron el bolsillo. Igual que en River. Nadie salió en los malos manejos que trajeron jugadores mediocres y de mediopelo.
Así está River. La historia del más grande se fue al cuerno.
Así puede estar el país si no hacemos un aprendizaje histórico.
Me pongo a llorar de nuevo.

David Luchini

2 comentarios:

  1. Muy bueno! Excelente nota. ¿Porqué la mitad de la culpa la tiene la dirigencia de RIVER? Bueno, cuando comenzó Aguilar como Presidente del Club comenzaron a haber desmanes con el presupuesto. Y qué pasó entonces? No hay plata para comprar jugadores buenos. Los jugadores que están jugando salen de las inferiores y se los ponen porque NO hay otros!!
    Una lástima para un club tan grande como RIVER!
    Saludos!

    ResponderEliminar
  2. Buena Exposicion.. pero porque no miramos el otro ejemplo.. Belgrano. Club del interior, que se ordena despues de caer tan bajo , producto tambien de las malas administraciones. Dirigentes que no estaban a la altura de las circunstancias, socios que no se interesaron en ese momento, permitieron la debacle. pero, ( como los peros de la Biblia) llegaron nuevos dirigentes, que ordenaron la situacion, soportaron las criticas, asumieron los errores. Y si observaron ayer, el grupo estaba unido. El presidente, cuerpo tecnico y el plantel reflejaron lo mismo: Unidad y buen criterio. Supieron soportar las agresiones de la noche anterior ( un grande no hace esas cosas!!!! no les parece?) y dieron ejemplo en su comportamiento dentro y fuera de la cancha. NO SE DESVIARON DE SU OBJETIVO. Es un ejemplo tambien para nuestra iglesia y que trabajando unidos y no dejando que cosas triviales nos distraigan podamos cumplir el objetivo... no les parece?

    ResponderEliminar